Premio Concurso de Ensayo Ciencias Sociales. Programa Pensamiento Alternativo. 2007

jueves, 12 de febrero de 2009

La Geopolítica de los Tratados de Libre Comercio

Para comprender la intencionalidad de los TLC desde una perspectiva geopolítica, se puede utilizar como marco referencial la teoría de la Grand Area y su referente histórico las Grossräume (grandes áreas).

La noción de las Grossräume se encuentra en la teoría nacional-socialista de la Grossraumwirtschaft, expuesta por Karl Haushoffer, contemplaba que la era de los Estado-nación, como unidad económica, ya había pasado, y que estos debían reemplazarse por la idea de las grandes áreas (Grossräume) que presentaran una cierta unidad geográfica y económica (Saxe, J, 2001:169). Sin embargo, lo que se pretendía con dicha teoría era la creación de “bloques económicos” o “áreas de influencia” en torno a Estados industrializados, desde los cuales dichos Estados, podrían aprovechar las materias primas y los recursos de sus bloques respectivos. Y como fin ulterior estos bloques llegarían a constituirse como Lebensraum[1] (espacio vital) de los estados de capitalismo monopólicos o imperialistas.

Desde esta teoría se concebía que dichas potencias dominantes de las Grossräume, poseían un Raumsinn (sentido de espacialidad) es decir, para garantizar su “Seguridad Nacional” podían expandirse en todo el bloque que les correspondía. Si la potencia dominante no se expandía, era muestra de debilidad, y pronto se vería amenazada por otra potencia que buscaba una mayor acumulación de poder.

En última instancia ese Raumsinn producía que las potencias dominantes desarrollaran políticas revisionistas en sus respectivas áreas de dominación o “irradiación” (Ausstrahlung), con ello, podían deponer gobiernos opositores y colocar (o simplemente apoyar) gobiernos títeres. Claro ejemplo de lo anterior podría ser el gobierno de Vichy[2], en Francia, implantado por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial, y actualmente las dictaduras “fascistas simpáticas”[3] de Oscar Arias en Costa Rica; Felipe Calderón en México; Alan García en Perú; y Álvaro Uribe en Colombia, por citar unos casos.

Con la teoría de la Grossraumwirtschaft “los economistas alemanes apuntaban a la estrecha interconexión transnacional de infraestructuras, instalaciones y redes productivas, energéticas, tecnológicas y comerciales que abrazaban una vasta área geográfica y hacían mutuamente dependientes a las diversas zonas que formaban parte de esa área geográfica[4]”. Claro está que toda esa interconexión se dirigía hacia el centro metropolitano.

Como antecedente histórico, vale la pena tener presente que la doctrina de seguridad nacional que se promulgó en América Latina, representó para los EE.UU., su Raumsinn, la posibilidad de expandirse sobre todo el continente para contener al comunismo, que había penetrado su Lebensraum mediante los movimientos revolucionarios que surgieron en América Latina. Una mayor injerencia de la Unión Soviética (URSS) en América habría significado una disminución de los recursos explotados por los EE.UU. lo que podría haber ocasionado su colapso.

Es importante recordar que en Haushofer el determinismo geográfico se hallaba complementado por un determinismo racial, de ahí que “no todos los pueblos tienen la misma capacidad para dominar el espacio y explotar sus cualidades en beneficio propio. Esa capacidad se encontraba en Haushofer racialmente determinada y justificaba la posición subordinada de unos pueblos respecto de otros pueblos” (Campderrich, 256). Como se verá más adelante, este determinismo racial se encuentra plasmado en los discursos de los ideólogos estadounidenses para la estrategia de control en el continente americano.

Cabe rescatar otro de los elementos que determinan la teoría de la Grossräume, y es la concepción haushofferiana del Mitteleuropa, popularizada por Friedrich Naumann en 1915, y que denotaba con esta palabra la creación de un superestado federado que abarcaría Europa central y en el cual el peso decisivo lo ostentaría el II Reich. En Haushofer Mitteleuropa se identificaba con el área de control directo de Alemania en Europa central y oriental, cuyos contornos fueron variando según las circunstancias políticas” (Campderrich, Loc. Cit).

De ahí que la aplicación de la teoría de las Grossräume por parte de los EE.UU., tiene como objetivo la consolidación de lo que podríamos llamar Mittelamerika, es decir, el área de dominación directa estadounidense en el continente americano, formada por América Central y el Caribe, principalmente. Área que se encuentra “amenazada” por el surgimiento de retadores hegemónicos regionales, como es el caso de Brasil y por la expansión de movimientos populistas como en el caso de Venezuela, Bolivia y Ecuador.

En cuanto a la Grand Area estadounidense, surge de un estudio realizado por el Council on Foreign Relations en la década de los treinta, cuyo objetivo era el “determinar si EE.UU. podría lograr un alto nivel de autosuficiencia mercantil y en el área de las materias primas, sin necesidad de recurrir al Imperio Británico, al hemisferio occidental o Asia” (Saxe, J. 2006:56).

La conclusión a la que llegó el estudio fue que “el hemisferio, de Alaska a la Patagonia, debía unificarse con otro bloque, una propuesta que sugiere una modificación y ampliación del área sobre la que la Doctrina Monroe ejercía su jurisdicción o zona de influencia”, con ello, apunta Saxe-Fernández, “la Grand Area desde la cual EE.UU. podría lograr un nivel de autosuficiencia mayor que el de Alemania en la Europa Continental, indispensable para proyectar un nuevo orden internacional en el periodo posbélico, incluía al Imperio Británico y al Lejano Oriente” (2006:57).

Es importante la influencia que tendrá la Grand Area sobre las conceptualizaciones de la Seguridad Nacional en EE.UU. Al final de la Segunda Guerra Mundial, en la noción de seguridad nacional se incluyó: la importancia de “una esfera de influencia estratégica dentro del hemisferio occidental (del cual otros poderes, especialmente europeos, iban a ser excluidos y donde la «influencia estratégica» incluye el control económico); la dominación de los océanos Atlántico y Pacífico; un sistema extenso de bases remotas para agrandar la frontera estratégica y proyectar el poder norteamericano; un sistema aún más extenso de derechos de tránsito para facilitar la conversión de aeropuertos comerciales al uso militar; el acceso a los recursos y los mercados de la mayor parte de Eurasia, la negación de estos recursos a un presunto enemigo y el mantenimiento de la superioridad nuclear” (Leffler, M. citado en Chomsky, 1988:38).

Del primer punto de esa conceptualización de seguridad nacional de la Guerra Fría -que actualmente no ha variado en lo más mínimo- , se contempla ya la iniciativa para la creación del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA).

James Petras afirma que el ALCA “es una extensión del neoliberalismo hacia una dominación política y no solo económica, porque no se trata únicamente de bajar las barreras arancelarias, puesto que muchos países ya lo hicieron, sino que es también la continuidad de las políticas de privatización” (Petras, 2004:61)..

Entonces el ALCA –continúa Petras-, “no es más que el traslado del centro de decisión a Miami, desde donde EE.UU. va a dictar las condiciones de comercio, de privatización de los servicios públicos y las condiciones para la producción. En consecuencia, esta transferencia también significa que los gobiernos de América Latina no tienen función económica. De esta manera el ALCA terminará copando las funciones estatales, consolidará un poder político cuyo objetivo es la exclusión de Europa y Japón como rompedores de EE.UU., marginando también a los productores de América Latina, absorbiendo además los servicios de salud y educación que quedan en manos de los gobiernos nacionales de los países de esta región y como si esto fuera poco, está la posibilidad de utilizar los ejércitos latinoamericanos más allá de las fronteras –como los gurkas en los famosos ejércitos de Inglaterra-. Ello además posibilitaría el reclutamiento de soldados de Suramérica a partir de de los conflictos mundiales para ponerlos a hacer trabajo bélico” (Petras, Loc. Cit).

Considero al ALCA como la mejor representación práctica de la Grand Area y de la Grossraumwirtschaft, debido a que “el ALCA está hecho para maximizar la parte de EE.UU. en los mercados y en los recursos latinoamericanos. Ha sido elaborado para crear una “Fortaleza América” contra la competencia euro-asiática, y maximizar la extracción de beneficios para financiar la creciente crisis en EE.UU.” (Petras, 2004:83). Sin embargo, se debe recordar que pese a que el ALCA no llegó a consolidarse como tal, los EE.UU. aún conservan la intención de crear esa “Fortaleza América”, ello lo están realizando a través de TLC con diferentes países de la región[5].

En cuanto al dominio de los océanos Atlántico y Pacífico, es EE.UU., la potencia que tiene la mayor capacidad de despliegue en estos océanos lo que ha permitido la movilización hacia casi cualquier punto sobre la Tierra, en especial hacia el Medio Oriente, además de la vigilancia constante que realiza a lo largo del continente americano, creando con ello una especie de escudo continental. Cabe recordar, además, los ejercicios militares conjuntos que realiza con otros Estados, con el pretexto de “funciones sociales” de los militares y entrenamiento a los ejércitos locales.

El tercer punto es importante en cuanto a que, en el caso América Latina, dentro de la estrategia imperial de EE.UU. encontramos desde la implantación de bases militares y la realización de ejercicios conjuntos y navales hasta el “complejo Plan Colombia”.

Chalmers Johnson afirma que “en otra época, se podía establecer la extensión del imperialismo contando sus colonias. La versión estadounidenses de la colonia es la Base militar y si observamos los cambios en la política mundial de Bases, podemos aprender mucho en relación con la expansión de nuestras “huellas” imperiales y el militarismo que crece con ellas”[6].

En cuanto a los ejercicios militares, Carlos Ernesto Motto afirma que “el Comando Sur de EE.UU. organiza anualmente varios de estos operativos (Nuevos Horizontes y UNITAS) y su realización se concentra en la primera mitad del año, territorialmente tienden a concentrarse en América Central y el Caribe. Estos operativos son llevados adelante por miembros de las Guardias Nacionales de los EE.UU. por unidades médicas y por batallones de ingenieros de Marines, la Armada o la Fuerza Aérea en conjunto con fuerzas del país anfitrión, suelen ocupar a centenares y hasta miles de efectivos y durar hasta un cuatrimestre completo[7]. Prácticamente los objetivos fundamentales de estos operativos, son vigilar a los movimientos sociales, “ablandar” a los pueblos en donde se lleva a cabo, y el cumplimiento de funciones geoestratégicas como la protección de las zonas de interés estadounidense.

Sin ahondar en el cuarto punto, es importante recordar que la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA, por sus siglas en inglés), es parte de las ramificaciones defensivas del Pentágono, y que muchas de sus investigaciones pertenecen al campo militar. Las investigaciones realizadas por la NASA en territorio costarricense, pueden ser entendidas como de reconocimiento territorial y de los recursos estratégicos que se encuentran en el territorio nacional. Con ello, la utilización del aeropuerto Juan Santamaría por parte de la NASA, podría ser visto como de carácter militar.

El quinto punto, es de gran importancia porque permitirá comprender la función geoestratégica de los TLC, en cuanto a la apropiación y control de recursos estratégicos en el Grand Area -reitero, hemisferio occidental, antiguo imperio británico y Asia-, y para el posicionamiento estratégico para posibles intervenciones militares. Para esto, me enfocaré en distintos TLC que ha firmado EE.UU. a nivel mundial, explicando su importancia geoestratégica y de sus recursos naturales[8]. Recuérdese que todos los tratados poseen en el capítulo de excepciones, la cláusula de “Seguridad Nacional” y en tratados más recientes “Seguridad Esencial”, que por su ambigüedad abre portillos legales que pueden ser utilizados para las proyecciones militares estadounidenses.


América

Agotado el anexionismo territorial como medio de consolidar un proyecto nacional que giró alrededor del principio de la especulación con la tierra en su primera fase, afirma John Saxe, EE.UU. ingresa prácticamente desde la Guerra Civil (1861-1865) a una etapa de construcción de una “esfera de influencia” hemisférica utilizando instrumentos de proyección económica (Inversiones, el “anexionismo comercial”, manejos de empréstitos, etc.) con un constante apoyo de sus fuerzas de proyección militar naval y terrestre en México, Centroamérica y el Caribe (1900-1910) y posteriormente en América del Sur (1920-1930) (Saxe, J. 2006:45).

Es necesario entender que las políticas estadounidenses al pretender el control absoluto del continente, no pueden permitir la existencia de procesos o elementos que escapen de su control, pues, el continente funciona como plataforma para sus incursiones militares, enfrentamiento con otras potencias, y sus proyecciones globales.

La utilización de un puño visible del mercado se contempla a lo largo de la historia intervencionista estadounidense en América Latina. En 1786, Thomas Jefferson describió a EE.UU. como “el nido, desde el cual, toda América, norte y sur, va a ser poblada”. “Está bien, continuó Jefferson, que el continente permanezca en manos de la corona española hasta que nuestra población esté lo suficientemente adelantada para ganárselo, pedazo a pedazo” (citado por Chomsky, 1988:29).

Mientras formulaba el concepto que condujo a la Doctrina Monroe, John Quincy Adams describía al continente americano como “nuestro propio dominio”; “el continente de Norteamérica”, “esta es la ley de naturaleza” (1988:29).

A inicios del siglo XX, el entonces presidente de EE.UU., Woodrow Wilson, padre del idealismo político, esbozaba, con esa esencia pacifista por la que la historia lo recuerda, “nuestro peculiar deber es enseñar a los pueblos coloniales el orden, el auto control y la disciplina y el hábito de la ley y la obediencia”. Sin embargo en la práctica, a lo que hacía referencia era a “la obediencia a nuestro derecho de robarles y explotarlos” (1988:29-30).

Continuando con los referentes históricos presentados por Chomsky, resultan interesantes las afirmaciones del Secretario de Estado de la administración Wilson, Robert Lansing, sobre la Doctrina Monroe: “En defensa de la Doctrina Monroe, los EE.UU. se guían por sus propios intereses. La integridad de las otras naciones americanas es un incidente y no un fin. Aunque esto puede parecer basado sólo en el egoísmo, el autor de la Doctrina no tenía ningún ideal más alto o generoso cuando hizo la declaración” (1988:31. énfasis BGH).

Posteriormente, “al amparo de la campaña propagandística del “Buen Vecino”, silenciosa pero sistemáticamente, Roosevelt giró instrucciones para el establecimiento y desarrollo de mayores vínculos militares bilaterales con los países latinoamericanos, sentando las bases sobre las que se desplegaría el poderío militar de EE.UU. hacia Latinoamérica durante la Guerra Fría” (Saxe, J. 2006:48).

En 1950, George Kennan apuntaba, en una sesión informativa para embajadores en América Latina, que “una de las preocupaciones principales de la política exterior estadounidense debía ser la protección de nuestras materias primas, en un plano más amplio, de los recursos materiales y humanos que son nuestros por derecho legítimo. Para proteger nuestros recursos, debemos combatir una herejía peligrosa que, tal como señaló la inteligencia norteamericana, estaba proliferando en América Latina: la amplia aceptación de la idea de que el gobierno tiene la responsabilidad directa del bienestar del pueblo” (citado en Chomsky, 1988:34).

En casos más recientes, en los “acuerdos de libre comercio” que EE.UU. ha realizado en la región latinoamericana, como el Área de Seguridad y Prosperidad de América del Norte (ASPAN), donde “el gobierno de Bush insiste en actuar por el lado de la oferta, ya sea desregulando áreas ecológicas protegidas en el Ártico, imponiendo, con la excusa de la guerra contra el terrorismo, esquemas leoninos como el de la Alianza (ASPAN, BGH), centrados en la extracción de combustibles fósiles de México y Canadá, o bien utilizando de manera directa la fuerza militar para lograr el acceso y control de yacimientos gigantes –por ejemplo en Irak, y según Rumsfeld, en Venezuela-, todo ello sin mayor esfuerzo por el ahorro y la eficiencia, especialmente en el área de transporte” (Saxe, J; 2006:159).

Para John Saxe Fernández, la Alianza “es la más reciente expresión de esa aspiración imperialista de agregar al manejo comercial, financiero y de inversión la sombrilla de la seguridad. El TLCAN (Tratado Libre Comercio de América del Norte) es mucho más que un mero asunto comercial. La metástasis del TLCAN rápidamente se trasladó del comercio a otros de sus objetivos centrales: el dominio irrestricto sobre la Inversión Extranjera Directa (IED), la estrategia monetaria, la instauración de candados al nivel de seguridad nacional y el manejo, administración y usufructo del espacio geográfico mexicano y sus vastos recursos humanos, minerales y combustibles fósiles” (Saxe, J. 2006:179)

En América Central, cabe recordar que EE.UU. “ha enfocado sus propuestas diplomáticas y las actividades militares en la región, en especial con dos iniciativas: por una parte la creación de una brigada de despliegue rápido multinacional centroamericana[9] y por otra una armada multinacional caribeña. Tras la firma del CAFTA-DR, en octubre del mismo año, el entonces Secretario de Defensa de EE.UU., Rumsfeld, presidió la conferencia "Seguridad y Oportunidad Económica" en Florida, en la que propuso la constitución de una fuerza centroamericana permanente de 700 efectivos, como correlato a los acuerdos económicos, que permitiese superar los riesgos a la seguridad en la región y afianzar los negocios.

En este sentido la Conferencia de Fuerzas Armadas Centroamericanas (CFAC) ha avanzado en la conformación de Batallón de Infantería formado por tropas de El Salvador, Nicaragua, Guatemala, Honduras y Nicaragua. Y en el caso caribeño esta iniciativa llamada Amistad Duradera se encuentra en una primera fase de implementación apuntando a “la interoperabilidad en mando, control, comunicaciones e inteligencia (de) Jamaica, República Dominicana, Panamá y las Bahamas”[10].

Resulta importante rescatar las afirmaciones de Rumsfeld, pues expresan las intenciones estadounidenses en la región “los asuntos de seguridad siguen teniendo prioridad máxima en el hemisferio, durante recientes viajes a América Latina, los funcionarios de la región le reiteraron su preocupación ante las amenazas que plantean 'las pandillas violentas, los traficantes de drogas, los contrabandistas de drogas, los secuestradores de rehenes y los terroristas'. Con frecuencia, los funcionarios mencionaron la necesidad de extender el imperio de la ley, particularmente en áreas geográficamente remotas, para combatir las actividades ilícitas”[11].

Esa “necesidad de extender el imperio de la ley”, sólo puede enmarcarse en la noción de “Seguridad Esencial”. Con ello, el mecanismo que se aplicará para contrarrestar esas “amenazas” será mediante la entrada en vigencia del USA Patriot Act en los países latinoamericanos, siendo uno de los aspectos más preocupantes la criminalización y posterior persecución que se lleguen a dar de los movimientos sociales. En la Estrategia de Seguridad Nacional del 2006, el gobierno Bush, sostiene fervientemente esa “necesidad de extender el imperio de la ley” cuando señala que "nuestra estrategia para el hemisferio empieza con profundizar nuestras relaciones claves con Canadá y México, con base en valores compartidos y políticas cooperativas que pueden ser extendidas por todo el hemisferio[12].

Magdoff sostiene que “los países latinoamericanos pequeños que producen utilidades relativamente escasas son importantes para la política general de los EE.UU. porque es importante el control sobre toda la América Latina. Dentro de este contexto el control y la influencia son necesarios, no solamente para impedir la expropiación del capital norteamericano y para inmunizar al país contra la revolución social, sino hasta porque su voto en la ONU o la OEA es importante para el plan general de dominación de los EE.UU.” (1969:17).

Para lograr la alineación centroamericana a los intereses geoestratégicos estadounidenses, Washington se ha encargado de colocar en el poder gobiernos con fuertes tendencias dictatoriales al mejor estilo del gobierno colaboracionista de Vichy, como ha sucedido en Costa Rica. Por ello “no es extraña la «alineación» de los gobiernos del CAFTA-DR a los proyectos estadounidenses, y su obsecuencia y permisividad en acciones de “seguridad nacional” como la instalación de bases militares en la región, el apoyo en la “lucha contra el terrorismo”, inclusive, el acompañamiento en la ocupación de Irak con envío de tropas centroamericanas y dominicanas, aunque en la actualidad, solo el gobierno salvadoreño mantiene presencia militar en aquel país”[13].

En cuanto a la apropiación de recursos estratégicos, América Latina es, como se mencionó anteriormente, de vital importancia para EE.UU. México posee recursos minerales como plata, carbón, hierro, oro, cobre, plomo, azufre, mercurio y zinc. Reservas abundantes de petróleo y gas natural, con algunos de los depósitos más grandes del mundo localizados cerca de la bahía de Campeche. Y por último, la gran riqueza en biodiversidad que caracteriza a todo el continente. En el caso Centroamericano, existen yacimientos de minerales como oro, plata, plomo cinc, cobre, hierro, gas natural, hidratos de metano -de la cual Costa Rica posee grandes reservas a nivel mundial-, níquel, petróleo y bauxita.

Para la apropiación y extracción de los recursos estratégicos centroamericanos se han desarrollado planes de “integración” de infraestructura como es caso del Plan Puebla-Panamá (PPP) y el Corredor Biológico Mesoamericano (CBM), que forman también parte de la estrategia imperial de EE.UU. El PPP tiene varios componentes. “el primero es un intento del capital estadounidense de controlar la Cuenca del Pacífico mediante corredores interoceánicos, para tener acceso al mercado asiático. Este plan neoeconómico incluye la expulsión de millones de campesinos de sus tierras para emplearlos en las industrias que serán creadas en el paso de estos corredores, sobre todo maquiladores, donde se ensamblará mercancía estadounidense (…) que transitará velozmente entre los centros dinámicos de la economía mundial” (Tablada; Hernández, 2003:48).

De acuerdo con Carlos Tablada y Gladys Hernández, “el objetivo fundamental de todas las inversiones es conectar en un 85% la infraestructura por carretera –y otras vías- al mercado estadounidense llamado el “Corredor Estratégico”, desde la ciudad de Matamoros en la frontera con los Estados Unidos, en el Estado de Tamaulipas, pasando por el litoral del Golfo de México y cruzando los Estados de Veracruz, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo. Todo esto, continúan los autores, facilitaría la prospección geológica, inversión y explotación por parte de las transnacionales estadounidenses, de los ricos yacimientos de petróleo, gas, agua y biodiversidad de esta región” (Tablada; Hernández, 2003:49).

En el caso del CBM, que en 2001, es reconocido por el Banco Mundial (BM) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) como parte del PPP, se caracteriza por asentarse “en una zona estratégica para la apropiación de la biodiversidad latinoamericana”. En cuanto a los recursos energéticos en esta región, debe hacerse notar que por la parte de México es la zona de donde “se extrae más del 90% de la producción petrolera mexicana, y también allí se encuentra la mayor parte de la capacidad de generación eléctrica del país”. Igualmente que “todos los países centroamericanos involucrados en este Corredor Biológico tienen reservas petroleras probadas. El plan mejorará el control sobre las mismas, e incluye la construcción de una serie de gasoductos, como el gasoducto Mesoamericano” (Tablada; Hernández, 2003:50).

Barahona apunta que “más allá del diseño original del PPP, ya se anuncia que seguirá avanzando hacia el sur, en la medida en que el megamercado también avance. Un personaje que siempre ha interpretado con fidelidad los designios estadounidenses, el presidente colombiano Álvaro Uribe, en enero del 2004 expresaba lo siguiente: “Queremos una total integración de Colombia al Plan Puebla Panamá. Eso empezaría con la línea de interconexión eléctrica entre Colombia y Panamá, cuyos primeros estudios nos entregarán en el mes de abril y el segundo proyecto sería la construcción del gasoducto con la expectativa de que no solamente una Colombia con Panamá, sino también con Venezuela. Es necesario unir el continente desde EE.UU. hasta la Patagonia”. Interpretando a Uribe, continua Barahona, bastará con cambiar el significado de la última “P” del PPP, para que se transforme en Plan Puebla Patagonia” (Barahona, 2004: 428-429, énfasis del autor).

Este Plan Puebla Patagonia se está llevando a cabo a través de la Iniciativa para la Integración de la Infraestructura de la Región Suramericana (IIRSA). Este proyecto surge de una propuesta del BID, la Corporación Andina de Fomento (CAF) y el Fondo para el Desarrollo de la Cuenca del Plata (FONPLATA). Debemos tener presente que se recurre al IIRSA producto del estancamiento del ALCA, y que de este modo el IIRSA es un instrumento importante de este proyecto de “libre comercio”. El BID y la CAF presentaron la iniciativa en el año 2000 en la Reunión de Presidentes de América del Sur en Brasilia.

IIRSA se presenta como una iniciativa multinacional, multisectorial y que abarca diferentes disciplinas o tipos de infraestructura. También oficialmente se dice que habrá mecanismos de coordinación entre los gobiernos, las instituciones financieras multilaterales (léase el BID, la CAF, el FONPLATA, etc.) y el sector privado.

Su principal objetivo: la explotación de recursos naturales de los lugares más recónditos a partir de corredores de desarrollo los cuales también pueden ser visto como corredores de infraestructura. Es perfectamente presumible que este plan o instrumento genere un aumento de la deuda de los países latinoamericanos con el fin de beneficiar la extracción a las grandes transnacionales de los recursos naturales.

Es importante destacar que, afirma David Álvarez Dieppa, el “IIRSA no centra sus esfuerzos en un eje en específico, en cambio, si no, va hacia varios pedazos, como construyendo el mapa de un gran rompecabezas”.

Todos los proyectos vienen aparejados de un fuerte impacto ambiental, el principal –según Álvarez Dieppa- es la hidrovía que unirá los ríos Orinoco, Amazonas y el Plata, el cual puede ser viabilizado como una salida al Caribe de los recursos naturales -incluyendo el agua- e introducirla hacia EE.UU. por la cuenca del Mississippi.

Por todo lo antes mencionado, no resulta válido creer en ese “romanticismo neoliberal trasnochado” en el que cae la derecha costarricense, como es el caso de Eduardo Ulibarri, quien con su “análisis reposado” concluye que, “tanto por su carácter comercial, como por sus demás implicaciones, el TLC puede ser un instrumento de desarrollo, estabilidad, mayor justicia y bienestar en el área” (2004: 404). Ni los TLC ni el PPP junto al CBM sumado al IIRSA, pueden ser interpretados como mecanismos de integración, y muy por el contrario, recuerdan más a un Anschluss (anexión) continental al mejor estilo nacionalsocialista.

Es de vital importancia tener presente el factor geoestratégico de un TLC con América Central y República Dominicana en cuanto a que se crea en la región una especie de “zona tapón” con el objetivo de contener los movimientos populistas suramericanos. El énfasis de la presión se ejerce sobre Venezuela, país que prácticamente se encuentra rodeado por los aliados de EE.UU. encontrándose vigilado desde República Dominicana y por el patrullaje realizado por EE.UU. con la excusa de la “lucha antidrogas”.

Por su carácter de puente que une a las dos Américas, desde Centroamérica se custodia el canal de Panamá, lo cual sirve como base para refuerzos del Plan Colombia y para las proyecciones militares sobre Venezuela. Se puede contemplar también una especie de triángulo o “zona de dominación” en toda la Cuenca del Caribe, desde Florida (sede del Comando Sur) hasta República Dominicana, abarcando la región caribeña de México y toda Centroamérica.

En el caso de Colombia el Plan Colombia cumple una estrategia “dominó”. Este plan “implica primero, la derrota de la guerrilla, luego, rodear y presionar a Venezuela y Ecuador antes de moverse hacia el aumento de la desestabilización interna. El objetivo estratégico es lograr la reconsolidación del poder en el norte de Sudamérica, asegurarse acceso irrestricto al petróleo y aplicar la ideología de “no existe alternativas a la globalización” en el resto de América Latina” (Petras, 2004:187)[14].

“Washington considera la guerrilla y los movimientos populares en Colombia como la principal amenaza a su “imperio” en América Latina. Una victoria -afirma Petras- de las fuerzas populares en Colombia establecería un sistema socioeconómico alternativo al modelo neoliberal dirigido por EE.UU. Además alentaría a los países vecinos a romper con la tutela de EE.UU., demostrando que la lucha de masas puede vencer al imperio. Colombia tiene petróleo, gas, agricultura e industria en un país de 40 millones de habitantes –una capacidad suficiente para resistir las presiones económicas de EE.UU.-. Finalmente, una alianza colombiano-venezolana-cubana sería una fuerza económica-política-militar formidable, capaz de resistir la agresión imperial y ayudar a otros países en la región que quieran moverse hacia la transformación social” (Petras, 2004:86).

Por su posición geográfica, Colombia es de gran importancia para las proyecciones de EE.UU. sobre la Amazonia, región rica en biodiversidad y recursos acuíferos. También desde Colombia se vigila a Venezuela y sus proyecciones en la región andina, además de que junto a Perú han prácticamente aislado a Ecuador, que bajo el gobierno de Correa ha negado la renovación del convenio para la base militar de Manta, pieza clave para el Plan Colombia.

En lo que respecta a Perú, como se menciona anteriormente, conjuntamente con Colombia, ha aislado prácticamente a Ecuador de otros países con gobiernos caracterizados por una tendencia populista. Perú se caracteriza por poseer yacimientos de petróleo, cobre, plata, hierro, oro, plomo y zinc, además de contar con una región amazónica rica en biodiversidad. Por ello, la cláusula de “Seguridad Esencial” que se encuentra en los TLC de EE.UU. con Perú y Colombia permite la apropiación de sus respectivas regiones amazónicas con miras a la Amazonia brasileña. Sin embargo, Perú, es de gran importancia para las proyecciones estadounidenses sobre el altiplano boliviano, que, de acuerdo a la teoría geopolítica de MacKinder, vendría a ser el Heartland o “zona del corazón” de América del Sur.

Con ello, si se controla el altiplano boliviano, se puede controlar todo América del Sur, y como ya EE.UU. controla América del Norte y Central -en su conjunto el World Island o “isla mundial” de acuerdo con MacKinder- se podrá controlar al mundo. .Reitero, el dominio de la plataforma continental americana, le garantiza a los EE.UU. las incursiones militares, enfrentamiento con otras potencias y sus proyecciones mundiales para la consolidación del Grand Area[15].

Tras la descripción geoestratégica realizada, señalando la ubicación de los TLC realizados por EE.UU. en el continente americano, puede observarse una línea que va desde Alaska, pasando por Canadá, el mismo EE.UU., México, Centroamérica, el Caribe, Colombia, Perú y Chile. Se debe sumar, además, el Tratado Bilateral de Inversión con Uruguay.
Esta línea representa prácticamente un “cordón sanitario” que busca contener el movimiento populista suramericano, además de poseer funciones de vigilancia contra Venezuela, Cuba, Bolivia, Ecuador, Brasil y Argentina, países que ante una posible agresión estadounidense, planifican en función de resistir y rechazar las intervenciones estadounidenses (Saxe Fernández, 2007) el mencionado “cordón sanitario” se regiría por el propósito de controlar la Amazonia, y con ella, el acuífero Guaraní, una de las mayores reservas de agua potable del mundo; las reservas petrolíferas del Orinoco en Venezuela, la industria del gas natural en Bolivia, los yacimientos de hidratos de metano que posee Costa Rica, que posee más de 200 mil kilómetros llenos de hidratos, que en un futuro próximo sustituirá al petróleo y al carbón como combustible[16].

Medio Oriente

Siguiendo el mismo método de ubicación geográfica de los TLC realizados por EE.UU. para contemplar sus proyecciones estratégicas, encontramos en el Medio Oriente, varios países, entre ellos Israel, Bahrein, Jordania, Marruecos, Oman, y Emiratos Árabes Unidos, además de la iniciativa para la consolidación del Área de Libre Comercio del Medio Oriente (MEFTA, por sus siglas en inglés) para el 2013[17].

En el caso de Israel está situado en la costa oriental del mar mediterráneo limitando al norte con el Líbano, al noreste con Siria, al este con Jordania y al suroeste con Egipto. Se extiende, en su parte más meridional, hasta el golfo de Aqaba, parte del mar Rojo. Israel posee yacimientos de minerales como el cobre, hierro, fosfato, manganeso, granito, mármol, mica, feldespatos, yeso, arcilla. Posee, además depósitos de petróleo y gas natural.

Israel es de importancia para los EE.UU., porque “mientras continúe el enfrentamiento militar -Israel-Palestina, BGH-, Israel será totalmente dependiente de los EE.UU., y por lo tanto, un estado altamente militarizado, con tecnología avanzada, que sirve a los intereses estratégicos de los EE.UU., como gendarme del Medio Oriente, disponible en tanto “Estado mercenario”, para cumplir las misiones estadounidenses” (1988:149). Con ello, “desde principios de los años sesenta, los planificadores estadounidenses consideran a Israel cada vez más como una «pieza estratégica» que sirve como barrera al «nacionalismo radical árabe»” (1988:148-149). De ahí que Israel sea una pieza clave dentro de la estrategia estadounidense para el control de los recursos de Irán, como lo fue en el caso de Afganistán e Irak.

También se encuentra el Reino de Bahrein. Estado insular ubicado al suroeste de Asia, se encuentra constituido por un archipiélago al sur del Golfo Pérsico, entre la península de Qatar al este y la costa de Arabia Saudita al oeste. Posee yacimientos petrolíferos y reservas de agua. Por su parte, los Emiratos Árabes Unidos (EAU), se localizan a lo largo de la costa central de la península Arábiga, limitando al norte con Qatar y el golfo Pérsico, al este con el golfo de Omán y al sur y oeste, con Arabia Saudita. Entre los recursos estratégicos de los EAU están sus ricos yacimientos de petróleo y gas natural situados en la parte suroriental de la península Arábiga.

Omán limita al norte con el golfo de Omán, al este y al sur con el mar Arábigo, al suroeste con Yemen, al oeste con el desierto de Rub al-Jali, que prácticamente se caracteriza por ser la frontera con Arabia Saudita, al noroeste con los Emiratos Árabes Unidos. Debe tenerse presente que pertenece a Omán la península de Masadam, ubicada en territorio de los Emiratos Árabes Unidos, que controla el paso por el estrecho de Ormuz, de gran importancia estratégica, donde se unen el golfo Pérsico y el golfo de Omán. Su principal recurso es el petróleo.

Jordania, situado al suroeste de Asia, limita al norte con Siria, al este con Irak y Arabia Saudita al igual que al sur, también en el sur limita con el golfo de Aqaba y al oeste con Israel. Sus principales recursos son potasa y fosfato. De vital importancia para la invasión a Irak. En el caso de Marruecos, situado al norte de África en la región del Magreb -de gran importancia estratégica en la región por sus recursos hídricos-, limita al norte con el mar Mediterráneo, zona estratégica por encontrarse allí el estrecho de Gibraltar; limita al este y sureste con Argelia, al sur con el Sahara Occidental y al oeste con el océano Atlántico.

Se puede contemplar cómo al negociar TLC con estos países, EE.UU. prácticamente ha cercado a Irán siendo importante la ubicación estratégica de Bahrein, EAU y Omán, que se encuentran cruzando el golfo Pérsico, frente a las costas iraníes. Omán es de gran valor estratégico, en cuanto al control del estrecho de Ormuz. Como se apuntó anteriormente, Israel tiene la importancia de una “pieza estratégica” para los intereses estadounidenses en la región. Cabe recalcar la importancia de doblegar a Irán, en cuanto al control de sus recursos petrolíferos y para el establecimiento del oleoducto BTC (Bakú, Tbilisi y Ceylan), a cargo del British Petroleum (BP), que transportaría petróleo desde el mar Caspio hasta el mar Mediterráneo.

Asia Oriental

En este extremo de Asia, encontramos países como Singapur, Corea del Sur, Taiwán, y por su cercanía con la región, Australia.

Singapur se ubica en el sureste de Asia, al extremo meridional de la península de Malaca, de importancia estratégica por el estrecho del mismo nombre. Limita al Norte con Malasia, divididos por el estrecho de Johor; en el sur limita con el archipiélago de Riau, en Indonesia, separados por el estrecho de Singapur; que une al océano Índico, en el oeste, con el mar de la China meridional, al este.

Por su parte, Corea del Sur, se encuentra ubicado al noreste de Asia, limita al norte con Corea del Norte, al este con el mar del Japón; al sureste y sur con el estrecho de Corea, que lo separa de Japón, y al oeste con el mar Amarillo. Posee yacimientos de carbón (antracita), hierro y grafito, oro, plata, cobre, plomo, tungsteno, cinc y uranio.

Taiwán, se encuentra separada de la China continental por el estrecho de Taiwán, limita al norte con el mar de la China Oriental, al este con el océano Pacífico y al sur con el mar de la China Meridional. Posee yacimientos de carbón, oro, plata, cobre, mármol y gas natural.

Dentro de la proyección estadounidense en Asia Oriental, se percibe a Taiwán como una puerta de entrada a la región, además de la simbiosis entre el capital norteamericano y la tecnología taiwanesa con el propósito de consolidar a las empresas estadounidenses en la región.

En el marco del proyecto para un Tratado de Libre Comercio con Taiwán planteado por el Project for a New American Century (PNAC) se muestra a Taiwán como el mejor ejemplo de la democracia implantada gracias a EE.UU. y con ella la apertura de mercados, además de que se afirma que Taiwán puede servir de ejemplo para las intenciones estadounidenses en la China continental[18]

Australia se ubica al sureste de Asia, entre los océanos Índico, al oeste y sur, y Pacífico, al este. Limita con varios mares de los grandes océanos ya citados, al noroeste se extiende el mar de Timor, al norte el mar de Arafura y el estrecho de Torres, al noreste el mar del Coral y al sureste el mar de Tasmania. Posee yacimientos de bauxita, carbón butiminoso, hierro, níquel, oro, plomo, zinc, plata, lignito, petróleo, gas natural, además posee una de las mayores reservas del mundo de uranio y de fácil extracción.

Después de localizar a los países con los que EE.UU. ha suscrito un TLC en Asia Oriental, se hace evidente como ha rodeado prácticamente a China, con la posibilidad de controlar los pasos estratégicos como el estrecho de Malaca, entre otros. De gran importancia es la posición de Taiwán que se ubica frente a las costas chinas, de ahí la importancia de que Taiwán se mantenga como “provincia rebelde”.

También se debe tomar en cuenta el papel de Japón como “pieza estratégica” para EE.UU. como aliado para contener a China y vigilar a Rusia en su extremo asiático (Vladivostock). En ese sentido es de interés hacer notar la decisión del Primer Ministro japonés Shinzo Abe de restablecer las Fuerzas Armadas japonesas, prohibidas por la constitución, intención alentada desde Washington y que sugestivamente ya se planteaba cuando Japón decide apoyar la lucha contra el terrorismo y la invasión militar a Irak[19]. Con ello, se puede percibir un retorno al Japón nacionalista de la Segunda Guerra Mundial y su importancia de “pieza estratégica” dentro de la teoría de la Grossraumwirtschaft en la que Japón controlaba la “esfera de coprosperidad del Este Asiático”.

Otras regiones

Es importante tener presente la estrategia de contención contra Rusia, por ejemplo, elaborada por EE.UU. a través de Tratados Bilaterales de Inversión (BIT, por sus siglas en inglés) con varias Repúblicas ex soviéticas como es el caso de Albania, Bulgaria, Croacia, estos al sureste de Europa; República Checa, Europa Central; Estonia, al Noreste de Europa; Georgia, en la región transcaucásica de Asia Occidental; entre otros. Con ello se logra rodear prácticamente a Rusia tanto en su extremo europeo como en el asiático, vigilado por Japón.

También es importante tomar en cuenta que EE.UU. ha instado a las repúblicas ex soviéticas a unirse a la Organización del Tratado de Atlántico Norte (OTAN), lo cual, es percibido por Rusia como una amenaza a su seguridad nacional que se manifiesta en los intentos de otros Estados tanto de resistir al fortalecimiento de Rusia como uno de los centros de influencia en el mundo multipolar, al igual que de impedirle realizar sus intereses nacionales y debilitar sus posiciones en Europa, Oriente Próximo, Transcáucaso, Asia Central y en la región Asiático-Pacífica[20].


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[1] Planteado por Ratzel al considerar al Estado como un organismo vivo que necesita de recursos para sobrevivir, posteriormente desarrollado por Haushoffer. El espacio vital es un territorio suficientemente grande y vario en su estructura económica para que los grupos humanos que en él conviven tengan la posibilidad —siempre que trabajen sistemáticamente en colaboración y provecho recíprocos— de realizar una intensa producción de gran envergadura, una moderna división del trabajo y el intercambio de bienes y capitales precisos; es decir, lo necesario para que puedan llegar a un nivel de vida propio del siglo XX, logrando la independencia más completa posible frente a la política económica de los grandes capitalismos o de otros espacios vitales grandes, acaparadores de las materias primas. El espacio vital es un territorio suficientemente grande y dotado de energías, víveres y materias primas asequibles en todo momento y con seguridad, para preservar a los pueblos integrantes de vivir como “criaturas” inertes, sujetas a cualquier gran potencia de hegemonía marítima o estar expuestos a una muerte segura. Cada uno de los espacios vitales hoy existentes ha sido construido por una fuerte potencia directora, propugnadora del mismo tanto en lo “interno” como en lo “externo”.
[2] Régimen instaurado en Francia, de carácter colaboracionista, establecido en julio de 1940, producto del armisticio franco-alemán. De este documento, “se decidió que los alemanes ocuparían los territorios situados al norte del río Loira y la costa atlántica hasta la frontera con España. Lo cual suponía que el 55% del territorio francés (incluido París) pasaría a ser zona ocupada, pero seguiría existiendo un Estado francés que mantendría la administración de las colonias”. Tomado de Biblioteca de Consulta Microsoft Encarta 2003.
[3] Se caracterizan por ser gobiernos “electos” por una minoría, prácticamente colocados en el poder, por EE.UU., en el caso de Costa Rica, Oscar Arias da un golpe técnico de Estado al buscar su reelección. Las elecciones presentan irregularidades evidentes que los órganos encargados de la transparencia electoral no atienden (el caso de México y Costa Rica, son buenos ejemplos). Por estas razones los catalogo como “Dictaduras Democráticas”: juego de palabras de carácter orwelliano, por el cual trato de explicar la diferencia entre la realidad y la retórica demagógica de gobernantes como Oscar Arias, en cuyos discursos la paz y la democracia son simples fachadas. Se caracterizan por ser neoliberales, y desde el inicio de su gestión desarrollan estados policiales –reacuérdese los pactos con las empresas de seguridad privada, y el especial énfasis que le da la administración Arias a las fuerzas policiales, por ende, si cuando el neoliberalismo se militariza se convierte en neofascismo, considero que cuando el neoliberalismo llega a un estado policial (anterior al militar) se convierte en un fascismo simpático. Véase mi “El Puño visible del Mercado. Neoliberalismo y Guerra en América Latina”, http://leavingwonderland.blogspot.com/.

[4] Tomado de Campderrich, R. El Derecho, Política Orden Internacional en la obra de Carl Schmitt: http://www.tesisenxarxa.net/TESIS_UB/AVAILABLE/TDX-0731106-103240/RCB_TESIS.pdf p. 270
[5] También lo realiza a través de los Tratados de Inversión Bilateral (BIT, por sus siglas en inglés), como es el caso de Uruguay, con el que no puede firmar un Tratado de Libre Comercio debido a que ese país pertenece al MERCOSUR.
[6] El imperio Mundial: 737 bases militares estadounidenses. Tomado de http://www.rebelion.org/

[7] Motto, Ibid.
[8] Los TLC que se utilizarán para esta investigación serán: en el caso de América, se encuentran el TLCAN en 1994 (Canadá, EE.UU., México); el CAFTA-DR en 2004 (Centroamérica, EE.UU. y República Dominicana); TLC EE.UU.-Panamá en 2007; TLC EE.UU.-Colombia en 2007; TLC EE.UU.-Perú en 2007; y TLC EE.UU.-Chile en 2003. En Medio Oriente: TLC EE.UU.-Israel en 1985; TLC EE.UU.-Jordania en 2000; TLC EE.UU.-Bahrein en 2004; TLC EE.UU.-Omán en 2005; TLC EE.UU.-EAU en 2005; TLC EE.UU.-Marruecos en 2004. En Asia Oriental, TLC EE.UU.-Singapur en 2003; TLC EE.UU.-Corea del Sur en 2007; TLC EE.UU.-Taiwán (proyecto); TLC EE.UU.-Australia en 2004.

[9] Tomado del artículo de Motto, “Ejercicios militares de EUA en República Dominicana. Un eslabón más de la cadena imperial”. http://www.geopolitica.ws/
[10] Motto, Loc. Cit.
[11]Rumsfeld aplaude reformas democráticas en América Latina En:
http://usinfo.state.gov/esp/Archive/2005/May/06-578816.html. énfasis BGH.
[12]Brooks, D. Bush los vecinos mas cercanos deben ser estables, por seguridad de EE.UU. En La Jornada. 17 de marzo de 2006 en:
http://www.jornada.unam.mx/2006/03/17/032n1mun.php. En el texto de la Estrategia se lee: “These principles guide our relations within our own Hemisphere, the frontline of defense of American national security. Our goal remains a hemisphere fully democratic, bound together by good will, security cooperation, and the opportunity for all our citizens to prosper. Tyrants and those who would follow them belong to a different era and must not be allowed to reverse the progress of the last two decades. Countries in the Hemisphere must be helped to the path of sustained political and economic development. The deceptive appeal of anti-free market populism must not be allowed to erode political freedoms and trap the Hemisphere’s poorest in cycles of poverty. If America’s nearest neighbors are not secure and stable, then Americans will be less secure”. Es importante tener presente la política de contención al populismo que ha surgido en América del Sur.
[13] Moreno, R. “Transnacionales, TLC y Seguridad Nacional”: http://www.bilaterals.org/article.php3?id_article=1627&var_recherche=seguridad%2Besencial&lang=es

[14] Petras afirma que “la creencia de que el poder de EE.UU. es intocable, de que sus dictados están más allá del alcance del Estado-Nación (que la retórica de la globalización fortalece), ha sido un factor fundamental en el fortalecimiento del dominio material de EE.UU. (explotación económica, construcción de bases militares, etc.) (2004:187)
[15] Sobre la teoría de MacKinder y la geoestrategia en el continente americano, en especial la región latinoamericana, es desarrollada extensamente y con mayor profundidad por Eduardo Saxe Fernández en el marco de su proyecto Geoestrategia Latinoamericana, 2007.
[16] Sobre los hidratos de metano, y la desprotección que se le da al territorio marino costarricense, es relevante la investigación del oceanógrafo Guillermo Quirós, en el sitio web:
http://www.universidadsanjuandelacruz.net/referendum.htm y links relacionados. Es importante también los estudios realizados por EE.UU. sobre los recursos costarricenses, en:
http://publications.iodp.org/scientific_prospectus/301T/301TSP.PDF
[17] Son relevantes las afirmaciones de Robert Portman, sucedor de Robert Zoellick, como representante comercial de los EE.UU.; quien afirmó con relación al MEFTA: “The MEFTA countries are incredibly important so I do not want to the diminish the importance of a Bahrain [FTA] or an Oman [FTA] where we have real export opportunities, but also we have a larger interest in political stability and the promotion of prosperity and democracy in an important region. So our FTAs are not always strictly commercially based. Sometimes there are larger issues”. Citado en Evenett, S; Meier, M. 2006. An interim assessment of the u.s. trade policy of "competitive liberalization".
http://www.evenett.com/working/EvenettCompetitiveLiberalization13Sept2005.pdf
[18] En el documento del PNAC elaborado por Greg Mastel se afirma que “Taiwan is a strong demonstration case that the U.S. prescription of democracy and free markets can succeed. The very existence of a thriving Taiwan is a powerful example for other countries and a possible model for reform in mainland China”. En Greg Mastel. Project Paper a US-Taiwan Free Trade Agreement. P. 11. http://www.newamericancentury.org/
[19] Sobre la militarización de Japón, Ramonet, I. 2006. Nuevo Japón. En Le Monde Diplomatique edición colombiana. Año V. número 51. noviembre 2006.
[20] Doctrina de Seguridad Nacional. 2000.
http://russiatoday-es.strana.ru/security/defence/3706.html

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